Salvington New School of the Planetary Prince
A medida que vosotros asistís a nuestras actividades del Planetary Campus y de la Worldwide City .. estaréis viviendo como miembros de mi Worldwide Community.
Las actitudes del Ascenso de Dios vosotros estaréis aprendiendo y encarnando... viviendo dentro de la cultura universal de Salvington - de consideración, de cooperación, de concentración, de colaboración y de constancia colegiada mientras fortalecéis las capacidades de vuestra mente para la recepción de la Vida de Dios y aumentáis las capacidades de vuestro corazón para el amor y la armonía, la felicidad y la disponibilidad de todo corazón para hacer la Voluntad de Dios.
Yo estoy con vosotros directamente y no localmente con Mi Persona Sin Forma exactamente donde estáis en el mundo... y dentro de esta Mi Presencia Sin Forma de Mi Espíritu de la Verdad Santo Consolador; porque el Padre y el Hijo y Yo somos Uno y estamos mezclados perfectamente como Un Impulso e Influencia Infinita con el Espíritu Infinito de la Madre del Universo que también está en todas partes.
Mi Campus Planetario es la atmósfera más virtual y física para que vosotros obtengáis los mayores aprendizajes, las comprensiones más completas, las aceleraciones más refinadas... aprendizajes que os muestran cómo transmutar todas vuestras pruebas y tribulaciones, vuestros desafíos personales y circunstancias confusas hacia la Victoria de Dios.
En nuestro Campus Planetario os estáis estableciendo más en la Soberanía de Dios donde Su amor incondicional os da las mayores capacidades, Su misericordia os da el coraje para alcanzar su misericordia y perdón cada día, para despertar vuestra existencia personal en alineación con la Voluntad de las Deidades del Paraíso, para lograr vuestra Integración de la Personalidad y la Unidad del Ajustador.
Diariamente en nuestro campus del planeta... vosotros estáis viviendo Conmigo... y bañándoos dentro de la atmósfera vibratoria de Mi Mente y Corazón Universales... estáis absorbiendo mi camino de la Autoridad de Dios... mi verdad de la Autoría Personal... mi vida de la Ascendencia Evolutiva Progresiva, el Avance y la Asociación Universal.
Mientras tanto, vosotros podéis acceder a todas las predicaciones públicas del Padre Hijo del Universo uniéndoos al Campus Planetario Virtual Público y Privado en Facebook donde descubriréis el Michael Of Nebadon Worldwide Gospel para la Humanidad, nuestras Comunidades Mundiales que están disponibles de forma ubicua.
Los estudiantes que entran en Salvington disfrutan de una fe sublime e íntegra en Dios. El individuo puede seguir experimentando los altibajos ordinarios de la existencia mortal, pero cada uno se fortalece en su resolución de perseverar; y cada uno aprende a no dudar nunca religiosamente de la certeza del cuidado y la guía de Dios.
La fe es el resultado de la percepción que nace de la actividad de la presencia divina, la Vida de Dios quien vive en medio de vosotros.
Esta fe no es tradicional ni meramente intelectual; es totalmente personal y puramente espiritual.
Aprende a ver a Dios como santo, justo y grande, así como verdadero, bello y bueno. Todos estos atributos de la divinidad los aprendéis a enfocar en vuestra mente como la "voluntad del Padre en el cielo".
Nuestro Dios es al mismo tiempo "El Santo de Israel" y "El Padre vivo y amoroso en el cielo".
El concepto de Dios como Padre no es original, pero en Salvington exaltamos y elevamos la idea hasta convertirla en una experiencia sublime al lograr una nueva revelación de Dios y al proclamar que toda criatura mortal es un hijo de este Padre de amor, un hijo de Dios.
En Salvington, vosotros no os aferraréis a la fe en Dios como lo haría un alma en guerra con el universo y en lucha a muerte con un mundo hostil y pecaminoso; vosotros no recurriréis a la fe simplemente como un consuelo en medio de las dificultades o como una comodidad en la amenaza de la desesperación;
Nuestra fe en Salvington no es sólo una compensación ilusoria para las realidades desagradables y las penas del vivir.
Frente a todas las dificultades naturales y las contradicciones temporales de la existencia mortal, vosotros experimentaréis la tranquilidad de una confianza suprema e incuestionable en Dios y sentiréis la tremenda emoción de vivir, por la fe, en la presencia misma de la Paternidad celestial de Dios.
Y esta fe triunfante es una experiencia viva de realización espiritual real. Vuestra gran contribución a los valores de la experiencia humana no es que reveléis tantas ideas nuevas sobre la Paternidad de Dios en el cielo, sino que demostréis tan magnífica y humanamente un tipo nuevo y más elevado de fe viva en Dios.
Dios se convertirá en una realidad viva en vuestra experiencia humana. En vuestra vida descubriréis un nuevo y más elevado tipo de religión, una religión basada en la intimidad espiritual personal y en las relaciones divinas con la Paternidad Universal, y estas revelaciones personales se volverán totalmente validadas por la autoridad suprema de la experiencia personal genuina.
Esta fe viva de Salvington es más que una reflexión intelectual, y no es una meditación mística.
La teología puede fijar, formular, definir y dogmatizar la fe, pero en vuestra vida humana, la fe debe ser personal, viva, original, espontánea y puramente espiritual.
Esta fe no es una reverencia a la tradición ni una mera creencia intelectual que vosotros sostenéis como un credo sagrado, sino una intimidad sublime y una experiencia directa y una convicción profunda que os sostiene con seguridad.
Vuestra fe en desarrollo será real y abarcadora. Barrerá absolutamente cualquier duda espiritual y destruirá eficazmente todo deseo conflictivo.
Nada podrá arrancaros del anclaje espiritual de esta fe ferviente, sublime e imperturbable.
Incluso ante la aparente derrota o en la agonía de la decepción y la amenazante desesperación, vosotros aprenderéis a estar tranquilamente en la presencia divina libres de miedo y con plena consciencia de invencibilidad espiritual.
En Salvington, vosotros disfrutaréis de la vigorizante seguridad de la posesión de una fe inquebrantable, y en cada una de las situaciones de prueba de la vida seréis capaces de exhibir indefectiblemente una lealtad incuestionable a la voluntad del Padre.
Y esta fe soberbia es imperturbable incluso ante la amenaza cruel y aplastante de cualquier desafío ignominioso.
En un genio religioso, la fuerte fe espiritual lleva muchas veces directamente al fanatismo desastroso, a la exageración del ego religioso, pero no será así con vosotros.
Vosotros no os veréis afectados desfavorablemente en vuestra vida práctica por esta extraordinaria fe y logro espiritual porque esta exaltación espiritual ha de convertirse para vosotros en una expresión anímica subconsciente y espontánea totalmente natural de vuestra relación íntima personal y experiencia exaltada con Dios.
En Salvington, la fe espiritual omnipresente e indomable de vuestra alma en desarrollo nunca se convertirá en fanática, ya que nunca intentaréis huir de vuestros juicios intelectuales bien equilibrados respecto a los valores proporcionales de las situaciones prácticas y comunes de la vida social, económica y moral.
Vosotros estaréis madurando, integrando y desarrollando una personalidad humana espléndidamente unificada; estaréis evolucionando y creciendo en vuestro avance evolutivo hacia un ser divino perfectamente dotado.
Estáis destinados a convertiros en un ser humano y divino magníficamente coordinado que funcione en la tierra como una sola personalidad y que sea uno con el espíritu vivo de Dios en vosotros.
En Salvington, estáis aprendiendo a coordinar la fe del alma con la sabiduría-valoración de vuestra experiencia experimentada como personalidad humana en crecimiento y evolución.
La fe personal, la esperanza espiritual y la devoción moral os harán crecer hacia esta totalidad; una unidad religiosa sublimemente correlacionada e inigualable de asociación armoniosa con la aguda comprensión de la realidad y el carácter sagrado de todas las lealtades humanas — el honor personal, el amor familiar, la obligación religiosa, el deber social y la necesidad económica.
Los fe de los estudiantes de Salvington aprenden a visualizar todos los valores espirituales como si se encontraran en el reino de la conciencia y la comunión de Dios.
Vosotros aprendéis a elevar vuestras prioridades y valores para que lleguéis a daros cuenta de los efectos beneficiosos de "Buscar primero el reino de los cielos".
En Salvington, los estudiantes se dan cuenta y experimentan el crecimiento en la comunión avanzada e ideal del reino de los cielos, un logro y cumplimiento de la "voluntad de Dios."
El corazón mismo de la oración: "Venga tu reino; hágase tu voluntad".
Habiendo concebido así el reino como comprendiendo la voluntad de Dios, estáis aprendiendo en Salvington a dedicaros a la causa de su realización con un asombroso olvido de vosotros mismos y un entusiasmo sin límites.
Pero en toda esta intensa transformación, propósito y misión personal y a lo largo de vuestra extraordinaria vida nunca aparecerá la furia del fanático ni la superficialidad del egoísta religioso.
Los estudiantes de Salvington se convierten en la maestría que buscan. Sus vidas reflejan una coherencia condicionada por esta fe viva, esta sublime experiencia religiosa.
Esta actitud espiritual llega a dominar totalmente vuestro pensamiento y vuestro sentimiento, mientras vosotros estáis creyendo y orando, vuestro servicio y compartir, ofrecen una realización suprema en la cultura cooperativa de la University Of Salvington.
Y aquellos individuos que se entregan al camino del Compañerismo Académico descubren que su enseñanza y predicación proviene de un lugar real y verdadero de humildad y honor.
Una humildad en relación con el Infinito de Dios se despliega en proporciones bien equilibradas de amor, sabiduría y poder con el Espíritu del Padre viviendo en vosotros.
Esta fe personal de un hijo e hija en la certeza y seguridad de la guía y protección de la Paternidad celestial de Dios impartirá a vuestra vida única una profunda dotación de realidad espiritual.
Y, sin embargo, a pesar de esta conciencia tan profunda de estrecha relación con la divinidad, exaltareis el ideal de Dios mientras llegáis a prepararos en la vivencia de su naturaleza y atributos dentro de esta realización de la comunión ideal.
Salvington enseña al individuo a expandir su fe y confianza en Dios, de modo que cuando nos enfrentamos a tan espléndido olvido de sí mismo, empezamos a comprender cómo el Padre Universal encontrará posible manifestarse tan plenamente a vosotros y revelarse a través de vosotros a las personalidades individuales de vuestra vida personal y de vuestro mundo.
Salvington os muestra, como hombre o mujer del reino, la mayor de todas las ofrendas: la consagración y dedicación de vuestra propia voluntad al majestuoso servicio de hacer la voluntad divina.
Os fortaleceréis para interpretar siempre y con coherencia la religión totalmente en función de la voluntad del Padre.
Cuando estudiáis la oración de Salvington o cualquier otro rasgo de la vida religiosa, se tiene mucho más en cuenta cómo vivís; no tanto lo que sabéis y comprendéis interiormente, sino vuestra voluntad de poner en la expresión humana el ideal es la meta a alcanzar.
No nos fijamos tanto en lo que habéis aprendido como en lo que hacéis con lo que habéis aprendido.
Salvington instruye a los alumnos para que nunca recen como una obligación ni como un deber exclusivamente religioso.
Por el contrario, el ideal de Salvington os permite desarrollar una fe genuina y una confianza espontánea.
La oración es una expresión sincera de actitud espiritual, una declaración de lealtad del alma, un recital de devoción personal, una expresión de agradecimiento, una evitación de la tensión emocional, una prevención del conflicto, una exaltación de la intelección, un ennoblecimiento del deseo, una reivindicación de la decisión moral, un enriquecimiento del pensamiento, una vigorización de las inclinaciones superiores, una consagración del impulso, una aclaración del punto de vista, una declaración de fe, una entrega trascendental de la voluntad, una afirmación sublime de la confianza, una revelación del valor, la proclamación del descubrimiento, una confesión de la devoción suprema, la validación de la consagración, una técnica para el ajuste de las dificultades, y la poderosa movilización de los poderes combinados del alma para resistir todas las tendencias humanas hacia el egoísmo, el mal y el pecado.
Vosotros llegaréis a vivir una vida de consagración orante al cumplimiento de la voluntad de nuestro Padre, y vuestra vida se expandirá y se expresará triunfalmente con una oración así.
El secreto de esta vida religiosa sin parangón es esta consciencia de la presencia de Dios; y vosotros la alcanzaréis por medio de la oración inteligente y la adoración sincera — comunión ininterrumpida con Dios — y no por indicaciones, voces, visiones o prácticas religiosas extraordinarias.
En vuestra vida terrenal, la religión se convierte en una experiencia viva, un movimiento directo y personal desde la reverencia espiritual hasta la rectitud práctica.
La fe de los estudiantes de Salvington produce los frutos trascendentes del espíritu divino. Su fe no es inmadura y crédula como la de un niño, sino que en muchos aspectos se parecerá a la confianza desprevenida de la mente de un niño. Vosotros confiaréis en Dios como el niño confía en un padre.
Los estudiantes que se entregan a nuestras ideas e ideal, y llegan a practicar diariamente sus preceptos, tienen una profunda confianza en el universo — una confianza similar a la que tiene el niño en su entorno paterno.
Vuestra fe sincera en la bondad fundamental del universo se parecerá mucho a la confianza del niño en la seguridad de su entorno terrenal.
Vosotros dependeréis de la Paternidad celestial de Dios como un niño se apoya en su padre terrenal, y esta fe ferviente transfigurará cualquier duda en la certeza del cuidado excesivo del Padre celestial.
Los estudiantes de Salvington no suelen ser perturbados seriamente por los temores, las dudas y el escepticismo. La incredulidad no inhibirá la expresión libre y original de vuestra vida.
Vosotros combinaréis el coraje incondicional e inteligente de un adulto con el optimismo sincero y confiado de un niño creyente.
Vuestra fe crecerá hasta tales alturas de confianza que estará absolutamente desprovista de miedo.
La fe de nuestros estudiantes acaba alcanzando con el tiempo la pureza de la confianza de un niño. Vuestra fe se vuelve tan absoluta e indudable que sentirá la emoción y el regocijo de responder con alegría al encanto del contacto de los seres semejantes y a las maravillas del universo.
Vuestro sentido de dependencia de lo divino madurará hasta tales alturas, crecerá tan amplio y profundo; hasta un estado de experiencia tan completo y tan confiado que os dará la alegría y la garantía de una absoluta seguridad personal, estabilidad y protección. No habrá ninguna pretensión vacilante en vuestra experiencia religiosa.
En este logro de desarrollo evolutivo de la intimidad religiosa personal, la fe del niño reina suprema en todos los asuntos relacionados con la consciencia religiosa. No es extraño que vosotros lleguéis a comprender la afirmación que una vez fue dicha: "Si no te haces como un niño, no entrarás en el reino". A pesar de que vuestra realización personal de la confianza en la fe será como la de un niño, no se convertirá en ningún sentido en algo infantil.
Todo primer contacto inicial con nosotros puede ser dirigido a Michael Of Nebadon Worldwide City, Oficina de Primer Contacto y Alianza Planetaria - firstcontact@salvington.org.
Estaríamos encantados de enviaros nuestro folleto “Bienvenido a la Salvington New School of the Planetary Prince of Urantia”.
Michael Of Nebadon
Salvington New School of the Planetary Prince
As you attend our Planetary Campus and Worldwide City activities .. you will be living as a member of my Worldwide Community.
The attitudes of the God Ascent ye shall be learning and embodying .. living within the universe culture of Salvington - of consideration, of cooperation, of concentration, of collaboration, and of collegial constancy whilst strengthening your mind's capabilities for the reception of God's Life and increasing your heart's capacities for love and harmony, happiness and wholehearted willingness to do the Will of God.
I am with you directly and non-locally with My Formless Persona exactly where you are in the world .. and within this My Formless Presence of My Spirit of Truth Holy Comforter; for the Father and Son and I are One and we are blended perfectly as One Impulse and Infinity Influence with the Infinite Spirit Universe Mother who is also everywhere.
My Planetary Campus is the more virtual and physical atmosphere for you to gain the greater learnings, the fuller understandings, the more refined accelerations .. learnings which show you how to transmute all your trials and tribulations, your personal challenges and confusing circumstances into God Victory.
On our Planetary Campus you are establishing yourself further into God's Sovereignty where His unconditional love gives you the greater capacities, His mercy gives you the courage to attain to His mercy and forgiveness each day, to awaken thine personal existence in alignment with the Will of the Paradise Deities, to achieve your Personality Integration and Adjuster Unity.
Daily on our campus of the planet .. you are living with Me .. and bathing within the vibratory atmosphere of My Mind and Heart Universal .. you are absorbing my way of God Authority .. my truth of Personal Authorship .. my life of Progressive Evolutionary Ascendancy, Advancement, and Universal Association.
Meanwhile, you can access all of the public preachings of the Universe Father Son by joining the Virtual Public and Private Planetary Campus on Facebook where you will discover Michael Of Nebadon Worldwide Gospel for Humanity, our Worldwide Communities which are ubiquitously available.
Students who enter into Salvington enjoy a sublime and wholehearted faith in God. The individual may still experience the ordinary ups and downs of mortal existence, but each one is strengthened in their resolve to persevere; and each learns to never religiously doubt the certainty of God’s watchcare and guidance.
Faith is the outgrowth of the insight born of the activity of the divine presence, the Life of God who lives in your midst.
This faith is neither traditional nor merely intellectual; it is wholly personal and purely spiritual.
Learn to see God as being holy, just, and great, as well as being true, beautiful, and good. All these attributes of divinity you learn to focus in your mind as the “will of the Father in heaven.”
Our God is at one and the same time “The Holy One of Israel” and “The living and loving Father in heaven.”
The concept of God as a Father is not original, but at Salvington we exalt and elevate the idea into a sublime experience by achieving a new revelation of God and by proclaiming that every mortal creature is a child of this Father of love, a son of God.
At Salvington, you will not cling to faith in God as would a struggling soul at war with the universe and at death grips with a hostile and sinful world; you won’t just resort to faith merely as a consolation in the midst of difficulties or as a comfort in threatened despair;
Our faith at Salvington is not just an illusory compensation for the unpleasant realities and the sorrows of living.
In the very face of all the natural difficulties and the temporal contradictions of mortal existence, you will experience the tranquillity of supreme and unquestioned trust in God and feel the tremendous thrill of living, by faith, in the very presence of the heavenly Parenthood of God.
And this triumphant faith is a living experience of actual spirit attainment. Your great contribution to the values of human experience is not that you will reveal so many new ideas about the Parenthood of God in heaven, but rather that you will so magnificently and humanly demonstrate a new and higher type of living faith in God.
God will become a living reality in your human experience. In your life you will be discovering a new and higher type of religion, religion based on personal spiritual intimacy and divine relations with the Universal Parenthood and these personal revelations will become wholly validated by the supreme authority of genuine personal experience.
This living faith of Salvington is more than an intellectual reflection, and it is not a mystic meditation.
Theology may fix, formulate, define, and dogmatize faith, but in your human life, faith is meant to become personal, living, original, spontaneous, and purely spiritual.
This faith is not reverence for tradition nor a mere intellectual belief which you hold as a sacred creed, but rather a sublime intimacy and direct experience and a profound conviction which securely holds you.
Your developing faith will be real and all-encompassing. It will absolutely sweep away any spiritual doubts and effectively destroy every conflicting desire.
Nothing will be able to tear you away from the spiritual anchorage of this fervent, sublime, and undaunted faith.
Even in the face of apparent defeat or in the throes of disappointment and threatening despair, you will learn how to be calmly standing in the divine presence free from fear and fully conscious of spiritual invincibility.
At Salvington, you will enjoy the invigorating assurance of the possession of unflinching faith, and in each of life’s trying situations you will be able to unfailingly exhibit an unquestioning loyalty to the Father’s will.
And this superb faith is undaunted even by the cruel and crushing threat of any ignominious challenges.
In a religious genius, strong spiritual faith so many times leads directly to disastrous fanaticism, to exaggeration of the religious ego, but it will not be so with you.
You will not be unfavorably affected in your practical life by this extraordinary faith and spirit attainment because this spiritual exaltation is to become for you a wholly natural subconscious and spontaneous soul expression of your personal intimate relationship and exalted experience with God.
At Salvington, the all-consuming and indomitable spiritual faith of your developing soul will never become fanatical, for it won’t ever attempt to run away with your well-balanced intellectual judgments concerning the proportional values of practical and commonplace social, economic, and moral life situations.
You will be maturing, integrating, and developing a splendidly unified human personality; you will be evolving and growing in your evolutionary advancement towards a perfectly endowed divine being.
You are destined to become a magnificently co-ordinated combined human and divine being functioning on earth as a single personality and at one with the living spirit of God in you.
At Salvington, you are learning to coordinate the faith of the soul with the wisdom-appraisals of your seasoned experience as a growing and evolving human personality.
Personal faith, spiritual hope, and moral devotion will grow you into this wholeness; a sublimely correlated and matchless religious unity of harmonious association with the keen realization of the reality and sacredness of all human loyalties — personal honor, family love, religious obligation, social duty, and economic necessity.
The faith of students at Salvington learn to visualize all spirit values as being found in the kingdom of God consciousness and fellowship.
You are learning to raise your priorities and values so that you come to realize the beneficial effects of “Seeking first the kingdom of heaven.”
At Salvington, students realize and experience growth in the advanced and ideal fellowship of the kingdom of Heaven, an achievement and fulfillment of the “will of God.”
The very heart of the prayer, “Your kingdom come; your will be done.”
Having thus conceived of the kingdom as comprising the will of God, you are learning at Salvington to devote yourself to the cause of its realization with amazing self-forgetfulness and unbounded enthusiasm.
But in all this intense transformation, purpose, and personal mission and throughout your extraordinary life there never will appear the fury of the fanatic nor the superficial frothiness of the religious egotist.
Salvington students become the mastery they are seeking. Their lives reflect a consistency conditioned by this living faith, this sublime religious experience.
This spiritual attitude comes to wholly dominate your thinking and feeling, while you’re believing and praying, your serving and sharing, offer a supreme fulfillment in the cooperative culture of University Of Salvington.
And those individuals who give themselves to the pathway of Academic Fellowship discover that their teaching and preaching comes from a real and true place of humility and honor.
A humbleness in relationship with the Infinity of God unfolds in well-balanced proportions of love, wisdom, and empowerment with the Spirit of the Father living in you.
This personal faith of a son and daughter in the certainty and security of the guidance and protection of the heavenly Parenthood of God will impart to your unique life a profound endowment of spiritual reality.
And yet, despite this very deep consciousness of close relationship with divinity, you will exalt the ideal of God while coming to prepare yourself in the living of his nature and attributes within this ideal fellowship realization.
Salvington teaches the individual to expand their faith and trust in God, so that when we stand confronted by such splendid self-forgetfulness, we begin to understand how the Universal Father will find it possible so fully to manifest himself to you and reveal himself through you to the individual personalities in your personal life and world.
Salvington shows you, as a man or woman of the realm, the greatest of all offerings: the consecration and dedication of your own will to the majestic service of doing the divine will.
You will become strengthened in always and consistently interpreting religion wholly in terms of the Father’s will.
When you study at Salvington prayer or any other feature of the religious life, how you live is held in much greater esteem; not so much what you inwardly know and understand but your willingness to place into human expression the ideal is the goal of attainment.
We look not so much for what you have learned as for what you do with what you've learned.
Salvington instructs students to never pray as obligation nor as solely a religious duty.
Instead, the ideal of Salvington permits you to develop a genuine faith and a spontaneous trust.
Prayer is a sincere expression of spiritual attitude, a declaration of soul loyalty, a recital of personal devotion, an expression of thanksgiving, an avoidance of emotional tension, a prevention of conflict, an exaltation of intellection, an ennoblement of desire, a vindication of moral decision, an enrichment of thought, an invigoration of higher inclinations, a consecration of impulse, a clarification of viewpoint, a declaration of faith, a transcendental surrender of will, a sublime assertion of confidence, a revelation of courage, the proclamation of discovery, a confession of supreme devotion, the validation of consecration, a technique for the adjustment of difficulties, and the mighty mobilization of the combined soul powers to withstand all human tendencies toward selfishness, evil, and sin.
You will come to live just such a life of prayerful consecration to the doing of our Father’s will, and your life will expand and express itself triumphantly with just such a prayer.
The secret of this unparalleled religious life is this consciousness of the presence of God; and you will attain it by intelligent prayer and sincere worship — unbroken communion with God — and not by leadings, voices, visions, or extraordinary religious practices.
In your earthly life, religion becomes a living experience, a direct and personal movement from spiritual reverence to practical righteousness.
The faith of students of Salvington bear the transcendent fruits of the divine spirit. Their faith is not immature and credulous like that of a child, but in many ways it will resemble the unsuspecting trust of the child mind. You will trust in God much as the child trusts a parent.
Students who give themselves to our ideas and ideal, and come to practice daily its precepts have a profound confidence in the universe — just such a trust as the child has in its parental environment.
Your wholehearted faith in the fundamental goodness of the universe will very much resemble the child’s trust in the security of its earthly surroundings.
You will depend on the heavenly Parenthood of God as a child leans upon its earthly parent, and this fervent faith will transfigure any doubts in the certainty of the heavenly Father’s overcare.
Students of Salvington are usually not disturbed seriously by fears, doubts, and skepticism. Unbelief will not inhibit the free and original expression of your life.
You will be combining the stalwart and intelligent courage of a full-grown adult with the sincere and trusting optimism of a believing child.
Your faith will grow to such heights of trust that it will be absolutely devoid of fear.
The faith of our students eventually and over time attain the purity of a child’s trust. Your faith becomes so absolute and undoubting that you will feel the thrill and exhilaration of responding joyfully to the charm of the contact of fellow beings and to the wonders of the universe.
Your sense of dependence on the divine will become matured and ripened to such heights, it will grow so wide and deep; to such complete and so confident a state of experience that it will yield to you the joy and the assurance of absolute personal security, stability, and safety. There will be no hesitating pretense in your religious experience.
In this evolving developing attainment of personal religious intimacy, the faith of the child reigns supreme in all matters relating to the religious consciousness. It is not strange that you will come to understand the statement once said, “Except you become as a little child, you shall not enter the kingdom.” Notwithstanding that your personal faith trust realization will be childlike, it will in no sense become childish.
All initial first contact with us can be addressed to Michael Of Nebadon Worldwide City, Office of First Contact and Planetary Alliance - firstcontact@salvington.org.
We would be happy to send to you our Welcome to Salvington New School of the
Planetary Prince of Urantia booklet.
Michael Of Nebadon