El gran Dios entra en contacto directo con el hombre mortal y le da una parte de su infinito, eterno e incomprensible Ser para vivir y morar en él.
Dios se ha embarcado en la eterna aventura con el hombre.
Si vosotros cedéis a la dirección de las fuerzas espirituales en vosotros y alrededor vuestro, no podréis dejar de alcanzar el elevado destino establecido por un Dios amoroso como la meta universal de sus criaturas ascendentes de los mundos evolutivos del espacio.
Michael Of Nebadon